Nota: Este es el quinto arquetipo de la serie de 6 que llevo presentando los últimos meses (el inocente, el huérfano, el vagabundo, el mártir). Este corresponde al Guerrero, un arquetipo muy presente en nuestra sociedad, pero también muy mal entendido. Vivimos en una sociedad en la que predomina la manifestación de la superioridad frente a los demás, el individualismo, la supervivencia, el egoísmo, el pragmatismo, todo un conjunto de valores y cualidades que caracterizan al arquetipo del Guerrero, no obstante, son rasgos que describen al Guerrero raso, no evolucionado, incluso posiblemente todavía anclado en arquetipos anteriores como son el huérfano, el inocente, el mártir.
Sin duda, hoy en día los verdaderos Guerreros hacen falta, porque son aquellos que se atreven a enfrentarse al adversario, a combatir para defender lo justo, lo verdadero y defender a los demás si hace falta. Son los que con su fuerza ayudan a materializar cambios en nuestra sociedad. Pero necesitamos verdaderos Guerreros, no huérfanos haciendo de Guerreros. Cuando eso ocurre, hacen más daño que bien.
En este artículo resumo el trabajo de Carol Pearson, psicóloga arquetípica, que en sus libros el Héroe Interior y Despertando los Héroes Interiores, describe en profundidad estos seis arquetipos. Este artículo es una síntesis de ambos libros.
Que lo disfrutéis y por encima de todo, os sea útil para vuestro autoconocimiento.
Palabras clave: competición, combatir, luchar, eliminar, ganar, triunfar, conquistar, determinación, fuerza, límites, estrategia, honor, batalla, oponentes, enemigos, definición de objetivos y metas, retirada estratégica, pasar desapercibido, recuperar fuerzas, disciplina, desarrollo de capacidades, conflicto, confrontación, gano/ganas, gano/pierdes, integridad, superioridad, autoconfianza, salvar, derrotar, tender puentes.
- Temor: debilidad, impotencia, ineptitud, cobardía, a perder, a no ser el mejor, a no ser suficiente, a ser inferior
- Tarea: firmeza en niveles superiores de integridad, luchar por aquello que verdaderamente lo merece; la tarea del héroe, es tender puentes, no liquidar o convertir.
- Dragón: matarlo, derrotarlo o convertirlo. El enemigo más elevado del Guerrero es la ignorancia, la pobreza, la codicia, el perjuicio, etc.
- Don: coraje, disciplina, habilidades o capacidades entrenadas
Generalmente asociamos Guerrero con Héroe. Éstos poseen valentía y altos ideales, y están dispuestos a arriesgar sus vidas para defender sus reinos y honrar y proteger a los débiles de cualquier peligro. El Guerrero de nuestro interior nos llama a tener valor, fuerza e integridad; la capacidad de tener metas y persistir en ellas y la habilidad para luchar cuando haga falta en defensa propia o de los demás. Demanda un alto nivel de compromiso de nuestra integridad y si es necesario, viven luchando por sus principios y valores aún cuando tenga un precio económico o social. En situaciones de competición dan lo mejor de sí y no luchan para triunfar, sino por competir justamente.
El núcleo del Guerrero es la afirmación de su poder en el mundo, el establecimiento de su lugar en él y la transformación de éste en un lugar mejor; cambian el mundo haciendo valer su voluntad y su imagen de un mundo mejor. En la práctica se traduce con la identificación de aquellos aspectos de la vida colectiva o individual que nos disgustan o nos dejan insatisfechos, y la voluntad mediante la fuerza o la persuasión para cambiarlas. La condición de ser lo suficientemente fuertes para que no nos atropellen, y suficientemente decididos para conseguir lo que nos proponemos.
Un Guerrero bien desarrollado es necesario para proteger sus propios límites. Sin Guerreros valerosos, disciplinados y bien entrenados, el reino está siempre en peligro. No tendremos defensa fuerte contra las invasiones y exigencias de los demás.
Nuestra sociedad está basada en un sistema de competición, en un sistema con un estilo Guerrero. Dentro de esta visión, siempre se encuentra el modelo-patrón: héroe/víctima/villano, que nos lleva a conseguir las cosas mediante la lucha. El modo de pensar suele ser lineal/jerárquico/dualista. Según este modelo, los guerreros deben ser duros para derrotar a los dragones. Además suelen identificarse con la masculinidad; existe una gran confusión entre ser Guerrero y ser “macho”. El primero combate para proteger y ennoblecer a otros, tratándolos con respeto; el segundo, para sentirse superior a los demás y mantenerlos en situación de inferioridad.
Cada vez que nos rebelamos contra la autoridad (un jefe, maestro, etc.), actuamos para proteger a otros, o arriesgamos nuestra vida o medios, somos Guerreros.
El Guerrero reconoce y afirma que el mal, la injusticia y la deshonestidad existen. Su tarea es la de defender a los débiles y los pobres. Nunca debería usar el poder de la espada, la pluma o la palabra para dañar innecesariamente a otros. Lo ideal es utilizar la menor fuerza posible y la táctica menos punitiva que nos permitan defender nuestros límites.
El Guerrero hace frente a los problemas propios o ajenos abordándolos de forma inmediata o tratado de obtener una victoria. El Guerrero en nuestro interior se ofende o se siente humillado cuando pasamos por alto un desprecio o algo incorrecto sin hacer nada al respecto.
Este arquetipo nos ayuda a aprender a hacernos con nuestro poder y a afirmar nuestra identidad en el mundo.
- En el nivel físico: tenemos derecho a estar vivos, incluye la autodefensa, una disposición y una capacidad para combatir en defensa propia.
- En el nivel psicológico, tiene que ver con la creación de límites saludables, de modo que sepamos dónde terminamos nosotros y dónde comienzan los demás y una capacidad de asertividad.
- En el nivel intelectual: nos ayuda a discriminar, a ver qué caminos, qué ideas, qué valores nos resultan más útiles y contribuyen a mejorar la vida.
- En el nivel espiritual: aprendemos a diferenciar qué produce vida y qué mata o atrofia la fuerza vital en nuestro interior. El Guerrero también nos ayuda a expresarnos y a luchar por aquello que nutre nuestra mente, nuestro corazón y nuestra alma; y a derrotar todas aquellas cosas que desgastan y vacían el espíritu humano, diciendo la verdad sobre ellas, y rehusándose a condonarlas o aceptarlas en nuestras vidas.
Comportamiento:
Empezamos aprendiendo los rudimentos de la autodefensa y cómo conseguir lo que deseamos. Para la mayoría el Guerrero y el Bienhechor son los primeros arquetipos adultos que experimentan e integran en su conciencia. Sin el desarrollo de uno de ellos, todas las personas permanecen en una etapa infantil.
El Inocente interior tiene grandes sueños; el Huérfano reconoce los impedimentos para el cumplimiento de esos sueños; pero sin el Guerrero esos sueños raramente se pueden llevar a la realidad. El Guerrero asume esos sueños e ideas creativas y traza un plan para alcanzar su meta; también provee la disciplina necesaria para persistir en el plan o para ordenar una retirada estratégica si fuera necesario.
Integración de los otros arquetipos
Los Guerreros que poseen Inocentes desarrollados y saludables, no quedan atrapados por la necesidad de luchar por todo, combaten sólo por lo que realmente importa. Si se ha reconciliado con sus Huérfanos, no tienen que ser fuertes y duros cada minuto, ni reclamar esa actitud de quienes les rodean. Pueden funcionar como iguales interdependientes, sin tanta necesidad de afirmarse. Si también poseen un Bienhechor desarrollado, lucharán por el bien común, no sólo por su propio interés. Cuando el Guerrero ha pasado por el Vagabundo/Buscador sabe quién es, sino, luchará sin saber realmente por qué y probablemente se sienta muy solo.
Cuando los cuatro arquetipos están desarrollados, el Guerrero tiende a funcionar en un nivel alto. Pero si el Inocente y el Huérfano están malheridos y el Bienhechor no ha crecido, las metas del Guerrero, planes y proyectos serán egoístas, cínicos y gananciales. No estarán orientados por un sentido de desarrollo psicológico o espiritual sino simplemente por un mero sobrevivir a cualquier precio. Además, el mundo estará dividido entre ellos/nosotros.
A la persona que sólo cuenta con un Guerrero, toda situación le parecerá un dragón y las únicas opciones serán escapar, luchar o morir. Más aún, no tolerar que otros le ganen será un indicativo de que el arquetipo no está equilibrado.
La identidad personal
Los Huérfanos viven en este territorio sin ninguna habilidad consciente para defender su Self o Sí Mismo, y por tanto están constantemente en busca de quien lo haga por ellos, aún al precio de perder su autonomía.
Aquellos que comienzan a guerrear sin haberse ocupado de sus identidades, no sabrán realmente para qué están luchando o simplemente lo harán para probar su superioridad: un mecanismo para sentirse seguros sin una base real.
Es nuestro Guerrero interior quien encuentra el sentido de individualidad en una totalidad que no es exclusivamente la programación social existente. Sin este arquetipo es difícil desarrollar un sentido de identidad que sea propio y no dependiente de otro. Es él quien defiende los límites y protege al naciente Ego de acosos y demandas de los demás.
La separación y los límites
Ni el Inocente ni el Huérfano tienen una noción clara de sus propios límites. El Inocente se siente unido al universo y a los demás; el Huérfano comprende la separación sólo como herida y pérdida. El Huérfano se siente separado, pero más bien vulnerable que reforzado por esa separación. El Guerrero es el arquetipo que nos ayuda a encontrar y crear nuestros límites y defenderlos de cualquier ataque.
El futuro Guerrero comienza su periplo sintiéndose a menudo muy poco fuerte, prisionero de límites creados por otros. En términos psicológicos, hasta que no tenemos nuestros propios límites, necesitamos de alguien que los provea. Con frecuencia nos sentimos oprimidos por los límites ajenos, más somos incapaces de huir de ellos porque aún no hemos aprendido a crear los propios. Mientras permanezcamos en el nivel del Ego infantil, tener límites impuestos por otros para nuestro beneficio y por nuestro bien nos hace sentir seguros y a salvo. Sin embargo, cuando estamos listos para ser más autónomos, de repente esas reglas y restricciones nos parecen mucho menos benignas. Nos sentimos sofocados y las resistimos. Hasta que no desarrollamos límites claros, creemos que estamos prisioneros de alguien o de algo.
El Guerrero comienza su travesía hacia la proclamación de su verdad. Puede atacar otras verdades ajenas y sus primeras afirmaciones pueden sonar como chillidos o alaridos, dado que su voz ha estado sofocada por los límites.
Cuando el Guerrero desarrolla sus habilidades de autoafirmación y fijación de límites, puede mantener una relación amorosa entre pares, de otro modo conquista. Estas habilidades permiten la creación de una relación positiva.
Desarrollo y estrategias del Guerrero
El progreso del Guerrero depende de cuánto haya aprendido e integrado los otros arquetipos.
El Guerrero tiene dos estrategias frente a un Dragón: la discreción y la retirada estratégica. En cuanto a la primera, éstos saben que jamás hay que entrar en un combate para el cual no se está preparado. En cuanto a la segunda, un Guerrero nunca entra en combate cuando las fuerzas no están igualadas o puede entrar con una clara ventaja. Por este motivo, se retira para reunir fuerzas, curando sus heridas, aprender nuevas habilidades, etc.
Los Guerreros inteligentes tratan de controlar la zona de batalla, no entrando en batalla hasta estar seguros de tener ventaja. Lo sensato es tomarse cierto tiempo para adquirir el entrenamiento básico y trazar los planes de batalla. Durante este tiempo de preparación adquirimos disciplina, control de nuestros impulsos y sentimientos. Con el tiempo el Guerrero se refina y aprende a decidir con sabiduría cuándo y dónde hay que enfrentarse.
Los buenos Guerreros aprenden que para afectar su medio deben primero averiguar qué desean y luchar por ello; pero lo más importante es saber qué quieren y definirlo.
El coraje para enfrentar los dragones internos es lo que en definitiva nos permite hacer frente a los dragones externos con sabiduría, disciplina y pericia.
Retos de los hombres:
Éstos están fuertemente socializados como Guerreros y puede impedirles desarrollar otros aspectos de sí mismos (otros arquetipos) o desarrollar a un nivel más alto el Guerrero si no resuelven satisfactoriamente los dilemas del huérfano, el vagabundo y el mártir. Los hombres pueden evitar las lecciones del Bienhechor/Mártir y por lo tanto tener serias dificultades para entrar en niveles más sutiles, complejos y afectivos del Guerrero. Muchos necesitan una crisis fuerte para detenerles y revaluar su situación incluyendo las pérdidas de la lucha (familia, amigos, trabajo, salud, etc.). Es necesario que se hagan conscientes de la importancia de cuidarse a sí mismos y a los demás.
Retos de las mujeres
La cuestión está en si tendrán la audacia de atreverse a ser ellas mismas y expresar su verdad en un mundo donde predomina lo masculino-guerrero, cuando además, son fuertemente socializadas para ser Bienhechoras/Mártires.
Aprendizajes del Guerrero
A confiar en sus propias verdades y a actuar de acuerdo con ellas con absoluta convicción frente al peligro. Para lograrlo necesita asumir el control y la responsabilidad por su propia vida.
Los Huérfanos se perciben como víctimas, los Vagabundos como marginales, ambos sin poder en la cultura, sin responsabilidades al respecto. El Guerrero asume su responsabilidad: “soy responsable por lo que sucede aquí, debo hacer todo lo posible para mejorar este mundo para mí y para los demás”.
Cuanto más fuertes y seguros se vuelven los Guerreros menos violencia necesitan emplear, tanto más gentiles pueden ser consigo mismos y con los demás. Finalmente, ya no necesitan definir al otro como villano, el oponente, o el converso potencial, sino como otro héroe como ellos mismos.
El don que recibimos cuando hacemos frente a nuestros más terribles dragones es el coraje y paralelamente la liberación de la esclavitud de nuestros temores. El Guerrero aprende a hacerse amigo de sus temores por llevar tanto tiempo en su compañía. En lugar de sentirse paralizado por ellos, lanzarse a la carga como Atila, quedar preso de una manera simplista y paranoica de abordar los problemas, inclusive de reprimir sus miedos, el héroe llega a comprender que el temor es siempre una invitación al crecimiento.
Los Guerreros que viven la vida como una lucha contra otros y contra partes de sí mismos, no se dan cuenta de que finalmente acabarán con su salud, sus corazones y sus vidas. Aquellos que necesitan seguir luchando de forma adictiva y obsesiva a costa de su salud, necesitan admitir su propia vulnerabilidad. Al principio los Guerreros desarrollan su confianza probando que son superiores a los demás porque han adquirido mayor control que la mayoría sobre sus vidas y porque pueden producir hechos mientras que otros parecen estar sentados esperando pasivamente que las cosas les sucedan. Pero la realidad es que todos somos interdependientes y necesitamos a los demás. Cuando ceden el control dejan atrás la visión de “unos arriba y otros abajo”, dejando de considerar a los de abajo como alguien común o mediocre. Estar abajo era ser Huérfano y era algo despreciable para los Guerreros. El reconocer la interdependencia, les permite honrar la humanidad.
Cuando los héroes renuncian a la necesidad de ser mejores que… ya no tienen que probarse a sí mismos todo el tiempo y, al menos, en ocasiones, pueden simplemente ser.
Cuando los Guerreros han desarrollado la fuerza, el respeto por sí mismos y la facilidad de hacerse valer, les permite negociar relaciones mutuamente satisfactorias. La habilidad de negociar les permitirá tender puentes con otras personas e instituciones. Los Guerreros que han probado su habilidad para defenderse y luchar por lo que quieren, tienden a ser respetados por los demás.
El Guerrero desarrollado |
El Guerrero no desarrollado |
La batalla y el enemigo siempre son interiores – pereza, cinismo, irresponsabilidad, el egoísmo, la negación, etc. Eligen cuidadosamente sus batallas Fijan sus metas, diseñan estrategias, identifican obstáculos y desafíos, estudian como superarlos, identifican oponentes. Buscan aliados, tratan de convencer a otros para que apoyen sus objetivos El combate real es el último recurso después de la infiltración, evasión, confusión, el engaño, control de respuestas o la conversión del enemigo. Saben cómo y cuándo admitir la derrota y aprender de ella. Pueden decidir replegarse si es necesario, para evaluar y reagrupar su energía. La batalla más noble se consigue cuando no se avergüenza a nadie, sólo cuando todos sienten que han sido tratados con justicia Son respetados por su fortaleza y su inteligente evaluación de las situaciones Prefieren la paz pero no temen el conflicto. Su modelo es “gano/ganas”. Buscan el equilibrio apropiado entre situaciones que requieren respeto por las diferencias. Voluntad conectada con el Alma, busca el bien común. Guerrero de Tercer nivel: lograr una meta que involucra el más amplio interés social. Negociar relaciones mutuamente satisfactorias |
Batallan por todo Tienen miedo a perder, a no ser el mejora no ser suficiente, a ser inferior. Conciben de forma más simplista el escenario y se enfrenta directamente el oponente que consideran como enemigo al cual hay que derrotar – en la guerra matar sin remordimientos. Modelo de decisiones es “gano/pierdes”. Voluntad conectada con el Ego. Se consumen viviendo la vida luchando contra otros y contra partes de sí mismos. Guerrero de Primer nivel: pelea en la jungla; el combate es sucio, objetivo matar, no sólo derrotar. Tiene miedo a perder. Al villano hay que eliminarlo. Guerrero de Segundo nivel: se vuelve más civilizado y refinado, combate está regulado por principios y métodos de juego limpio, objetivo derrotar a la oposición, sin hacer daño. Al villano hay que salvarlo, convertirlo. |
El Guerrero maduro y saludable desarrolla una habilidad para identificar en círculos espirales cada vez mayores el punto por el que debe luchar; primero por sí mismo, luego aquellos que ama, luego otros en su propia sociedad y finalmente todo el planeta.
Virtudes – Aspectos positivos |
Sombra – Aspectos negativos |
La voluntad de cambiar todo aquello que le disgusta o es insatisfactorio mediante la persuasión o la fuerza Son fuertes, decididos a conseguir lo que se proponen Protegen los límites personales y colectivos Coraje, disciplina, habilidades entrenadas Capacidad para defenderse ante las invasiones y exigencias de los demás Le gusta la competición justa para dar lo mejor de sí Aportan seguridad por su capacidad para defender Lucha para proteger y ennoblecer a los demás Trata a los demás como desea que lo traten, con respeto. Se revelan, defienden y protegen a los demás Usan el poder de la pluma y la palabra para defender y no dañar Hace frente a los problemas propios o ajenos para conseguir una victoria Se ofende y siente humillado si pasa por alto un desprecio o algo incorrecto sin hacer nada al respecto. Convierte los sueños (del inocente) en realidad, materializa las ideas, traza planes Perseverante, disciplinado, constante Integridad ética, honor, respeto |
Lucha para sentirse superior a los demás y mantenerlos en situación de inferioridad Compiten compulsivamente Emprenden continuamente cruzadas Tratan de enlistar a otros por su causa Necesitan probar que son mejores que los demás. Las manifestaciones más negativas son cuando utilizan su poder para ser los números uno, a través del dinero, el poder o el éxito social, están dispuestos a utilizar maniobras poco éticas para conseguirlo Aquellos que se oponen a ellos deben ser eliminados o convertidos En la parte negativa del Guerrero actúa el Huérfano y su impotencia Necesidad de ganar obsesiva, compulsiva y sin principios éticos Usa el poder para conquistar Perciba toda reserva como una amenaza |