Nota: Este es el siguiente arquetipo de la serie de Carol Pearson que llevo analizando desde hace unos meses. Aquí podéis encontrar los arquetipos del Inocente, el Huérfano y el Vagabundo. El siguiente sería el Mártir.
Esta inmersión en los arquetipos para poderlos resumir y posteriormente presentar en una conferencia, me está siendo de gran ayuda personal. Verlos activos en mí, ver cuándo emergen y qué rasgos manifiestan, ya sean en sus virtudes o en sus sombras, es algo muy enriquecedor y útil. Nos aporta una poderosa herramienta de auto-transformación y transformación.
En nuestro país estamos muy impregnados de los valores cristianos y por tanto, nuestros valores sociales tienen mucho de ellos. El sacrificio, la culpa, el perdón, la redención, son conceptos que están muy presentes en nuestra cultura, y si no lo están directamente, probablemente en las actuales generaciones, lo están de forma inconsciente. La cuestión aquí es, desde qué punto nos sacrificamos, desde la manipulación para ser queridos, apreciados, amados, considerados, reconocidos, o desde la genuina generosidad de dar, desde la compasión y la libertad de querer dar lo que reside en nuestro corazón sin esperar recibir nada a cambio.
La primera opción, presente en la mayoría de nosotros, nos convierte en esclavos de nuestras necesidades emocionales, la segunda, seres libres, verdaderamente compasivos y amorosos. Seres que no dudarán en decir NO o incluso sacar la espada para hacer justicia, para cuidarse de no dar sin velar por su propia integridad. La primera nos vuelve seres débiles, sin fuerza interior, la segunda, nos convierte en seres más completos, más íntegros y respetuosos con nosotros y con los demás.
Debemos dejar atrás la noción de Mártir, para convertirnos en Bienhechores, aquellos que hacen bien, tanto para sí como para los demás. Aquí os dejo este texto muy enriquecedor para los que se buscan a sí mismos y caminan en este viaje de la propia transformación.
Introducción
El Bienhechor sería la versión desarrollada del Mártir; en otras palabras, el Mártir se convierte en un Bienhechor a través de su proceso de crecimiento personal, al pasar de sacrificarse por los demás para conseguir atención y sentirse lleno, a ser verdaderamente generoso y nutrir a otros con un equilibrio entre el dar y recibir. El Bienhechor interior es el que cuida de nosotros cuando necesitamos atenciones, nutrición, etc. Es la parte que cuida de nuestro niño interior y expresa amor incondicional.
Es importante tener en cuenta que el arquetipo de bienhechor y mártir están muy ligados a conceptos y creencias religiosas que inevitablemente constituyen el entramado de valores y creencias de nuestra sociedad, aunque no seamos religiosos. Los valores cristianos están implícitos en los valores sociales.
El concepto clave de este arquetipo es el sacrificio. El Mártir abraza el sufrimiento que conlleva el sacrificio porque cree que así se redime. El sacrificio conlleva un alejamiento del narcisismo egocéntrico del Huérfano, exigiendo que aprendamos a dar y cuidar no sólo cuando es fácil, sino también cuando es difícil, cuando parece que damos a expensas de nosotros mismos.
Palabras clave: bienhechor, mártir, sofocador, decisiones y elecciones, sacrificio, privación, búsqueda de recompensa, reconocimiento, conseguir atención, sentirse lleno, generosidad, castigo, salvar a otros, redención, sufrimiento, culpabilidad, manipulación para obtener de los demás a través del sacrificio, salvación, nutrición emocional, cuidados, narcisismo y egoísmo, equilibrio entre dar y recibir
Tarea: aprender a dar sin anularse a sí mismo o a los demás, habiendo un equilibrio entre el dar y el recibir.
A parte de la generosidad y la nutrición emocional de otros incluye tareas ocultas que las notamos solo cuando no contamos con ellas. Los que nos recuerdan que hay cosas que atender antes de emprender nuevas acciones o proyectos. Los cuidados del cuerpo y sus necesidades básicas de supervivencia física y confort, los sentimientos, el desarrollo de la mente, las relaciones entre las personas, con los animales, las plantas, la maquinara y la tierra misma. Estas tareas no son siempre valoradas.
Sacrificarse por el bien común no puede ser nunca un sustituto de la atención hacia nosotros mismos. Los Bienhechores deben aprender que el cuidar comienza por sí mismos y se amplía en espirales de atención creciente: de sí a la familia, luego a la comunidad, a la propia nación y al globo. El Bienhechor quiere cuidar de todo, ser responsable y cumplir con su deber y estar presente cuando se lo necesita. No obstante no podemos ser o hacer todo por todos los demás, tiene que sacrificar una cosa por otra. La vida requiere elecciones.
Es importante que el Bienhechor no sólo cuide y atienda sino que también enseñe, para que no se cree dependencia con el cuidado y no quede atrapado en su problema, sino que pueda avanzar. Ayudar a aprender de los errores para no repetirlos. Importante también evitar que el Guerrero se haga cargo de la función del Bienhechor, ya que buscaría culpables, buscaría el origen del problema, pero no nutriría a la persona que lo necesita.
Meta: ayudar a otros, transformar el mundo a través del amor y el sacrificio
Dragón: ocuparse de cuidarse a sí mismo y a otros.
Miedo: egocentrismo, el narcisismo
Regalo: la generosidad y la compasión
Roles de Mártir para Hombre y Mujer:
Mujeres: sacrificio: permanecer en el hogar creando un mundo soñado para el marido y para los hijos. La mujer sacrifica su vida y crecimiento personal por el hogar y el desarrollo de sus hijos. Este sacrificio ha sido definido como un rol de por vida. El mito del amor y el sacrificio se ha usado para mantener a las mujeres en estos roles limitantes tradicionales. El sacrificio para las mujeres ha sido concebido como un valor en sí mismo, no el sacrificio por alguien o algo, sino que el sufrimiento redime, y sobre todo si es por amor.
Hombres: sacrificio: el de trabajar sin cesar a costa de su salud por el bien de su familia, del país, la empresa o una causa. Un padre que trabaja todo el día para proveer de educación a su hijo, pero termina sin conocer a su hijo.
Mecanismos internos:
Los Mártires creen que hay que hacer algo más que esperar a ser rescatados, hay que ganarse la salvación sufriendo y trabajando duramente. La recompensa es amor y estima. Éstos sacrifican partes de sí mismos para poder conseguir ese amor y estima. Lo que ocurre es que cuanto más se degradan y faltan al respeto, menos aprecio reciben.
Necesitan que otros también sufran y se sacrifiquen como ellos, porque no pueden aceptar que otros no vivan a través de los mismos mecanismos.
Los Mártires pueden ocultarse tras esa máscara de buenos y generosos como una forma de evitar emprender sus viajes, descubrir quiénes son o adoptar una posición. El martirio es una trampa terrible porque permite eludir el crecimiento personal y hacer una contribución significativa al mundo. Las mujeres, cuando tienen miedo a no ser suficientemente buenas o ser castigadas por tener la valentía de emprender sus propias travesías, pueden refugiarse en la aparente virtud del sacrificio de sí. Sacrificarse por otros como escusa para no emprender el propio viaje, para no enfrentarse a la posibilidad de fracaso y las propias necesidades.
Equilibrio entre Dar y Recibir
Existe una fina línea entre dar y consentir: sostener la actitud dependiente o irresponsable de alguien. Ej. padres que mantienen a sus hijos pasado el límite en el que estos deberían estar trabajando para sostenerse solos. Si cuando damos nos sentimos usados o superiores es que estamos cruzando la línea de dar por consentir. Las formas saludables de dar son respetuosas con el dador y con el receptor.
Si los Mártires:
- No admiten que otros adultos pueden hacerse cargo de ellos mismos, los están lisiando.
- Dan para sentirse superiores, entonces lo que están haciendo es encubrir su propia sensación de inadecuación, ya que necesitan satisfacer su propia necesidad de sentirse importantes y necesarios manteniendo a otras personas en un estado de dependencia.
- Creen que hay más virtud en el dar que en el recibir, también rechazarán los dones que deberían recibir y con toda probabilidad se estarán equivocando.
- Se sacrifican de forma inapropiada, pierden contacto consigo mismos y con su capacidad para el amor, la intimidad y la alegría del contacto.
- Se sacrifican de forma adecuada, tienen una comprensión más profunda de sus valores y compromisos con su trabajo y los demás, y les permite ser más auténticos. Hacer elecciones en momentos de escasez, nos permite conocernos mejor quiénes somos.
El precio del compromiso con otra persona, una causa o un trabajo es la pérdida de libertad de elección de todas las otras posibilidades alternativas que podríamos haber hecho. Las cosas que sacrificamos siempre deberían ser aquellas que estamos listos para solar, para desprendernos, ya que no es bueno entregar algo que es esencial para nosotros. Para la mayoría de personas el sacrificio es doloroso porque sienten que tienen que controlar para que aquello que dan les vuelva.
Cuanto más damos de forma libre y gratuita, tanto más recibimos porque a la naturaleza no le gusta el vacío y tiende a llenarnos. Cuando aprendemos a dar y recibir en equilibrio, entramos un flujo de entrega y aceptación que es la esencia misma del amor: la reciprocidad. La energía no sólo va en una dirección sino en ambas. Cuando nos desprendemos le comunicamos al mundo nuestra disposición para recibir.
La lección final del Mártir es la elección de entregar el don de la propia vida por el placer de dar, sabiendo que la vida misma es una recompensa y recordando que todas nuestras pequeñas muertes y pérdidas, siempre traen consigo transformaciones y nueva vida. Hasta que no estemos dispuestos a dar nuestras vidas a la vida, siempre estaremos poseídos por el martirio. Cuanto más libre y despreocupadamente damos, tanto menos lo sentimos como un sacrificio y más como una simple expresión de lo que somos. Desde aquí es desde donde surge un amor verdadero.
Ejemplos del Bienhechor:
- Maestros con sus alumnos
- Psicoterapeutas
- Enfermeras con pacientes con enfermedades terminales
- Jefes entrenando a empleados sin experiencia
- Figuras parentales cuidado de sus hijos
- Otros mentores
Ejemplos de Mártires
- Hacerse el bueno, sacrificarse por otro, para que éstos hagan lo que queremos luego.
- Mártir Sofocador: tiene la necesidad de proveer eternamente de cuidados a otros. Cuando los límites se desvanecen, nuestra actitud bienhechora es un modo de escapar a nuestra soledad y avidez de conexión con los demás. El riesgo potencial es dejar al otro impedido.
- Mártir Sufriente: hombre o mujer que siente que está siempre dando a los demás sin recibir nada a cambio. Generalmente los Mártires tienen dificultad para recibir (tal vez porque han aprendido que es más santo dar que recibir) o teman sentirse obligados y aceptan algo de los demás o tienen muy poca autoestima, o son deficientes en el rol del Guerrero y no saben decir que no. Puede usar la sensación de culpa y obligación que generan en los demás para conseguir su objetivo. En definitiva, tanto ellos como aquéllos por quienes se sacrifican están encerrados en una prisión en la que todos hacen cosas para complacer a los otros, pero nadie está verdaderamente satisfecho o complacido.
- Madres que han sacrificado sus vidas y han vivido sólo para sus esposos e hijos. Muchas veces ocurre que éstos son presionados y manipulados para hacer lo que esta mártir querría estar haciendo y no hace.
- Padres, que se sacrifican para que sus hijos vivan las vidas que ellos no han vivido, cumpliendo sus reglas y valores. Esos hijos no tienen permiso para ser ellos mismos.
- Introducen en sus relaciones todas las necesidades esperando que la persona que aman satisfaga su vacío emocional.
- Mujeres que a menudo expresan el deseo de compartirlo todo y hacer todo juntos, y así volver a experimentar la simbiosis original con su madre, pero esta vez con su pareja. A menudo también esperan que el hombre juegue el rol de padre, tal vez manteniéndolas y protegiéndolas en caso de dificultad. Si él no se ocupa de ella de este modo, ella se desmorona y llora y él responde, como bienhechor consolándola y nutriéndola.
- Los hombres que buscan a las mujeres para remediar sus carencias emocionales pueden al mismo tiempo sentirse amenazados por la intimidad y muy especialmente por cualquier atisbo de simbiosis. Quieren mantener su libertad, más exigen simultáneamente que la mujer esté constantemente esperando por ellos.
Niveles del Bienhechor:
Primer nivel: puede que niegue la responsabilidad que le toca por la elección que ha tomado. Atiende al que grita más fuerte; responde sin más a las demandas del medio exterior hasta quedar exhausto y sólo puede rehusarse porque está enfermo, desgastado o demasiado deprimido. Tales Bienhechores se sienten completamente devorados por el rol.
Segundo nivel, pueden rehusarse a cuidar de los demás mientras se ocupan de atender al niño en su interior que ha sido tratado con negligencia.
Tercer nivel, está dispuesto a contribuir su parte al fondo común de cuidados en la familia, la organización o la comunidad, pero no a echar sobre sus espaldas toda la responsabilidad. Es en este punto que comenzamos a invocar una elección y éste decide dar aquí pero no allá.
La gran lección del Bienhechor es estar dispuesto a dar a fondo y completamente lo que uno tenga para dar, pero también refinar el conocimiento de sí necesario para conocer los propios límites y prioridades. Es también esta capacidad para decir que NO, aún cuando se trate de una oportunidad, incluso si entran en conflicto las demandas del Ego con el Alma.
Nivel cuatro, se convierte en un Mártir positivo, dispuesto a dar su vida por amor a los demás y brindar su dones al mundo sin importar los sacrificios que esto implique.
CUADRO RESUMEN DE LAS VIRTUDES Y SOMBRAS DEL ARQUETIPO DEL MÁRTIR/BIENHECHOR
Virtudes – Aspectos positivos | Sombra – Aspectos negativos |
Es generoso, su voluntad es la de nutrir a otros para que puedan crecer y desarrollarseSu compasión por los demás es más fuerte que sus intereses particulares
Dan sus vidas por los demás por una causa o misión Dispuestos a sacrificarse Responsabilidad, atención y cuidado de las necesidades de los demás Cuidadores de que todo esté correctamente, esté sano, esté dispuesto y preparado Alertan sobre carencias y necesidades para que sean satisfechas Cumple con su deber Estar presente cuando se lo necesita |
Dificultad o incapacidad de decir No a las exigencias ajenasNecesidad compulsiva de satisfacer necesidades ajenas
Usar a los demás para sentirse completos Utilizar el sacrificio, la culpa y la obligación para conseguir sus fines, salvarse Dan más de lo que es necesario a través del sacrificio. Quedar exhaustos de tanto entregarse Echarse sobre las espaldas demasiadas responsabilidades Baja autoestima, degradarse sacrificándose por una causa y faltándose al respeto |
Gracias Pepon. Has tocado aspectos en mi personalidad que me ha hecho reflexionar sobre ellos y tomar conciencia hasta que grado me afectan en mi diario vivir.
Tambien, me gustaria anotar que todo hombre espera algun tipo de recompensa por haber dado algo, no necesariamente material, pero al menos en forma de reconocimiento, de manera que alimente su estima y valor personal.
Mi impresion es que el hombre, o mejor dicho nuestro Ego-Conciencia requiere de ese estimulo-reconocimiento- para ser motivado y por ende desarrollado.
Recibe desde Miami un fuerte abrazo y muchas bendiciones.
Ahora bien Pepon, tengo una pregunta. Es posible, que siendo afectado por el arquetipo del Huerfano,se tenga que vivir la experiencia del Martir antes de entrar al Vagabundo? Quizas como un medio para obtener reconocimiento o valor por parte de otra persona?
Gracias por adelantado, Pepon. Abrazos.
Hola Carlos!
Gracias por tu interés. Exactamente! Hay dos maneras de vivir el Mártir, desde su parte de virtudes o desde su parte de sombras, por llamarlo de alguna manera. Cuando vivimos los arquetipos del Vagabundo, el Mártir, el Guerrero o el Mago desde sus partes de sombras, es muy posible que lo estemos haciendo desde el Huérfano. Vivir el Mártir desde el Huérfano hace que busquemos el reconocimiento, el amor, el aprecio de los demás a través de la manipulación del dar, de ser bueno, de entregarse. El supuesto altruismo encubre una necesidad emocional, la necesidad de un huérfano que necesita ser cuidado y querido. Cuando el Huérfano reconoce esta situación, empezará a buscarse a sí mismo, a buscar su propia identidad y recursos para hacerse independiente. Es cuando entramos en la experiencia del Vagabundo, el que busca.
Así que te respondo afirmativamente, podemos vivir el Mártir sin pasar el Vagabundo, y lo más probable es que al hacerlo nos hayamos saltado una fase importante del proceso de crecimiento, que tiene que ver con encontrar quiénes somos, qué queremos, qué hacemos aquí, en resumidas cuentas, encontrarnos a nosotros mismos para ubicarnos en nuestro interior. Cuando eso ocurre es cuando podemos ubicarnos en el mundo exterior, con límites, con definición, con claridad.
Cualquier duda, por favor, estaré encantado de contestarla; me ayuda a mí también a comprenderlos mejor y comprenderme a mí mejor también.
Si queréis un espacio más apropiado para poder discutir los arquetipos, os sugiero la Comunidad, con sus Foros y Grupos.
Un abrazo!
Leyendo estos excelentes resúmenes de arquetipos irremediablemente me veo reflejada a mí misma a mis seres queridos, amigos, compañeros…Me aporta una visión más completa y sabia del Universo y su dinámica.
Este arquetipo me hace saber que elijo y decido qué camino tomar…que hay trampas, autoengaños y mucho más. Además me saca de mi zona de confort y no sé si podré resistirlo:)
Gacias por compartir, Pepón.
Un abrazo.
leo este arquetipo y me sacudo una vez mas, hace un par de años perdí mi madre y a partir de esto se revoluciono algo dentro de mi, comencé con la necesidad de querer estar sola, entregue mis vacíos a mi pareja sentimental, a medida que pasaba el tiempo fui encontrando que la forma que percibía mi entorno había cambiado, antes de la perdida de mi madre era muy apartada de la gente, y luego me volví muy sociable, daba daba daba, compartía cariño y recursos, me aburrí de trabajar porque sentía que sacrificaba mi libertad y que mi motivación de vida era ayudar o cumplir una función social. ahora que leo esto no se si mi cambio a persona generosa y amorosa y el querer salvar el mundo, se deba a adoptar un papel de mártir, y que lo que yo creía genuino no sea mas que una forma de llenar mis vacíos y lograr generar dependencia en otros hacia mi como respuesta y miedo al perder a alguien.
Gracias por generar estos espacios
Un abrazo