Hoy más que nunca en esta civilización el Despertar de Conciencia es fundamental para conseguir producir un giro de 360º a la dirección a la que mayoritariamente nos dirigimos: esclavitud revestida de democracia, libertad y seguridad, en definitiva, la autodestrucción. ¿Por qué autodestrucción? Porque cuando se intenta detener la fuerza expansiva del Universo, la Creación y la Conciencia, ésta explota para dar lugar a nueva vida. Es como querer detener la fuerza de un tsunami poniendo una pared, e ir construyendo presas a medida que el agua se extiende por los lados. Es algo imposible. Al final las presas serán reventadas y sobrepasadas.
En estos momentos estamos colaborando con nuestras decisiones y acciones con la contracción de la fuerza expansiva del Universo. ¿Cómo? Perpetuando el sistema a medida que permitimos que se extienda el control social, la censura mediática, el recorte de libertades, la manipulación y las mentiras globales, la corrupción y la degradación moral, el genocidio planetario a través de guerras, la mayoría de la medicina oficial, el hambre, etc., etc.
Desde un punto de vista más integrador, aquellos que controlan el dinero y la información, que son los que hasta cierto punto controlan el mundo, quieren para sí el control absoluto del Planeta y sus recursos por X razones. Al hacerlo están contribuyendo con el Despertar de la Conciencia, ya que están forzando a la gente a despertar a medida que aprietan, más y más las tuercas de la vida desde todos los costados. Es como un muelle (como diría un amigo), cuanta más fuerza apliquemos para contraerlo, más fuerza cinética en potencia tendrá para saltar después. Imaginemos la presión de contracción con la labor que está haciendo este grupo de seres sobre la población global, y ahora imaginemos que el muelle somos nosotros. Desplegar la energía acumulada por la contracción sería un símil para el despertar y la acción transformativa de nuestras vidas y la del Planeta.
El contexto social no puede separarse del contexto de la conciencia, ambos forman un todo unificado, ya que somos como es la sociedad y ésta es como somos nosotros. Esta visión es integrada para seguir presentes en el mundo y no querer liberarnos de la asunción de responsabilidad que conlleva saber que uno es responsable en la parte que le corresponde de lo que ocurre en el mundo. Por la misma regla de tres, también podemos hacer mucho por contribuir a transformar nuestro entorno: tenemos ese poder interior, aunque no lo sabemos (porque no interesa que lo sepamos).
Este despertar de conciencia global está siendo favorecido desde muchos frentes. Implícito en este despertar global está la transformación de la conciencia de los individuos y de la sociedad como organismo. Comprender qué es el despertar de conciencia nos ayuda a despertar todavía más, ya que favorece el propio proceso. Veamos pues:
¿QUÉ ES EL DESPERTAR DE CONCIENCIA?
Hoy en día se habla mucho de ello, pero, ¿qué es? Lo que escribo a continuación es un resumen de mis observaciones e investigaciones de los últimos años.
El Despertar de Conciencia está constituido por tres pilares básicos:
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(1) Un darse cuenta, un hacerse consciente.
El saber algo que antes no sabíamos, el dejar de ser ignorante, es dejar de desconocer algo. Esta experiencia de «darse cuenta o hacerse consciente» conlleva el inicio de algo en nuestro interior, el abrir los ojos y ver algo que antes no veíamos.
Según el diccionario de la lengua española, un despertar es el inicio de emociones, de sentimientos, de un interés o una actividad en una persona ante una situación, alguien o algo.
El fenómeno de darse cuenta se produce gracias a la facultad de la conciencia de llegar a ser consciente. Nuestra conciencia puede ser enfocada allí donde nos interese para iluminar aquellos espacios a oscuras. La luz de la conciencia ilumina para en ese acto de iluminar, conocer algo nuevo, haciéndonos conscientes en el mismo momento de «ver» por primera vez.
Dependiendo de la naturaleza de aquello que «veamos», experimentaremos un impacto o un efecto mayor o menor en nosotros, en nuestra identidad, en nuestra estructura psicológica.
Por ejemplo, darse cuenta de que durante todo el día hemos llevado una cagada de pájaro en el hombro de la chaqueta o americana y que hemos entrado y salido de lugares públicos, reuniones, etc., puede provocar una reacción de vergüenza o incluso humor. Una reacción emocional puntual y pasajera, que no tiene mayor trascendencia. Pero mayor es el impacto cuando nos damos cuenta de que no hemos vivido la vida que queríamos o no estamos viviendo o tomando las decisiones en nuestra vida según nuestro criterio, sino según el criterio de papá o mamá. Un mecanismo inconsciente que nos vuelve débiles, dependientes y sin rumbo personal. Todo por ser aceptados, queridos y reconocidos. Darse cuenta de programaciones emocionales que limitan nuestra vida, tiene un efecto transformador muy profundo cuando los traemos a la consciencia y los elaboramos para deshacernos de ellas.
Resumiendo, la conciencia tiene la facultad de volvernos conscientes, y la naturaleza de aquello a lo que despertamos, contiene un potencial mayor o menor de transformación interior.
Por último, existen mecanismos psicológicos para que este «darse cuenta» no se produzca porque precisamente el potencial transformador que contiene «aquello a lo que podríamos ser conscientes», es demasiado grande para lo que podemos asimilar. El efecto que tendría en nosotros sería mayor de lo que podríamos digerir. Aquí entraríamos con los llamados Mecanismos de Defensa Psicológica, como la Negación.
La Disonancia Cognitiva es la experiencia psicológica de sentir malestar, ansiedad, incomodidad, alternación, rechazo ante ideas, conceptos o hechos que quedan muy lejos de nuestros marcos de referencia, de las piezas que disponemos que construyen nuestra realidad. La Negación podría estar implícita en este mecanismo. Cuando dos visiones lejanas, opuestas o divergentes se encuentran, generan fricción, ésta se experimenta con rechazo y malestar interior. Lo cual hace que apartemos la información que nos llega hasta más adelante o de forma permanente. Estos mecanismos frenan o hacen el despertar de la conciencia progresivo, ya que mucha luz sería cegadora, y es necesario asimilar primero para poder procesar más luz más adelante.
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(2) A qué despertamos:
Este sería el segundo elemento del despertar, primero está el acto de darse cuenta, pero ese acto tiene un contenido, como introducía en el punto anterior. La pregunta de investigación y búsqueda sería: ¿qué es todo aquello a lo que puedo despertar y me puedo dar cuenta?, o a la inversa, ¿qué es todo aquello que todavía no sé o no soy consciente?. Desde mi experiencia el «a qué despertamos» puede mapearse, por decirlo de alguna manera, en Cuatro Cuadrantes. Aquí es donde el mapa del filósofo Ken Wilber me es de gran utilidad para entender mejor el proceso del despertar.
Ken Wilber habla del mapa de los 4 Cuadrantes del Kosmos, en donde encontramos al individuo y a la sociedad (colectivo). Ambos pueden ser divididos en sus aspectos interiores y exteriores. Por tanto, los cuadrantes interior y exterior del individuo, y los cuadrantes interior y exterior de la sociedad. Para saber más ver aquí. Creo que esta representación del territorio, es útil para contestar a la pregunta antes formulada. La cuestión ahora es rellenar cada cuadrante con aquellos elementos a los que podemos despertar o darnos cuenta que existen.
- El cuadrante interior individual, contiene todo aquello que hace referencia a nuestro mundo interior y que no es visto desde fuera.
- El cuadrante exterior individual, contiene todo aquello que se ve de nosotros en el exterior, por tanto, que proyectamos y que hacemos.
- El cuadrante interior colectivo, contiene todo aquello que comparto con mis grupos de referencia y pertenencia.
- El cuadrante exterior colectivo, sería la sociedad en la que estamos inmersos todos.
De aquí viene el concepto de Despertar Integral, porque el despertar debe abarcar tanto la parte individual como la colectiva. Una sin la otra está coja, ya que para poder saber quiénes somos también debemos atender a cuestiones sociales, históricas y antropológicas. Una integración de ambos despertares, interiores y exteriores o individuales y sociales, nos llevará a estar presentes en este mundo de manera mucho más efectiva, coherente y transformadora.
Como comentaba antes, cada elemento de cada cuadrante tiene un potencial transformador mayor o menor para nuestro sentido de la identidad y estructura interior al hacernos conscientes. La magnitud de la transformación no depende únicamente de la naturaleza del elemento, sino también de la disposición interior de quien lo recibe. En otros términos, un mismo contenido no produce los mismos efectos en dos personas diferentes. Ambas tienen una disposición interna de experiencias, conocimientos, ideas, prejuicios, etc., una estructura distinta que asimila la información de ese elemento de forma diferente.
Otra observación es que la propia evolución de la persona y su grado de despertar le facilita en mayor o menor medida a despertar a más contenidos más alejados de su realidad conocida. A alguien más despierto le va a ser más fácil despertar a nuevos contenidos que a alguien menos despierto. Despertar conlleva adentrarse en terrenos desconocidos y moverse por ellos hasta que llegan a formar parte de nosotros. Cuanto más acostumbrados estamos a adentrarnos en lo desconocido más fácil se vuelve hacerlo una y otra vez. Es en lo desconocido que nuestra percepción de nosotros y de la realidad se amplia, por todo lo nuevo que descubrimos.
Volviendo a la pregunta que iniciaba este punto, cierto es que es mucho lo que hay por conocer, pero si hubiese un factor que marcase la línea divisoria entre lo que vale la pena y lo que no, es el poder transformador, la utilidad para nuestra evolución personal de aquello a lo que despertamos. Es cierto también que de todo se puede aprender, no obstante, hay elementos que no tienen tanta utilidad, por ejemplo, el proceso de reproducción de las ranas. Puede ser algo interesante, pero la cuestión aquí es si esta información detona una transformación interior. Así que, ¿hasta qué punto me voy a entretener en investigar algo que no me aporta una verdadera transformación? Es aquí donde entra la necesidad de ser pragmáticos desde un punto de vista espiritual.
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(3) Un proceso.
El despertar de la conciencia es algo que conlleva tiempo. Nos damos cuenta de algo puntual, y ese darnos cuenta produce unos efectos en nosotros que inician un proceso. Ese proceso nos lleva a más despertares porque suelen desencadenar más «darse cuentas». Como proceso, se puede decir que el despertar de la conciencia es un camino que cuando se inicia no tiene ni fin ni retorno. Una vez lo iniciamos, no hay vuelta atrás.
Es mucho lo que podría decirse en este apartado, como tratar de decir algo acerca de preguntas como ¿un proceso que nos lleva hacia dónde?, ¿cómo es el proceso?, ¿sigue patrones, ciclos?, ¿qué detona un proceso de despertar?, etc.
Este proceso de despertar es un viaje transformativo que afecta a nuestro cuerpo, mente, emociones, a nuestros cuerpos y sistema energético, a nuestras relaciones, nuestros principios vitales, motivaciones, a nuestro estilo de vida, afecta a nuestra Alma y afecta al Mundo.
Algunas de las características de tal proceso son:
- la irreversibilidad: una vez se inicia no ha vuelta atrás.
- un continuo reto: adentrarse en terrenos desconocidos nos pone a prueba constantemente.
- experiencias de muerte y renacimiento: hay momentos en los que partes nuestras son dejadas atrás para dar nacimiento a otras nuevas, fruto de crisis o realizaciones.
- la esperanza y la fe: dos elementos que se mantienen para caminar estando perdido en el camino.
- los riesgos del camino: son muchos y no dispongo aquí de espacio para verlos con calma, pero entre ellos, desconectarse de la realidad, alejarse de los demás, caer preso de las estructuras limitantes del ego, etc.
Con mi tesina de investigación para el Máster de Consciencia y Psicología Transpersonal, me di cuenta de que mis resultados encajaban muy bien con el Mito del Viaje del Héroe del cual Joseph Campbell fue uno de los máximos divulgadores e investigadores. Así que este Mito es el mapa de un viaje que realizamos, de este proceso de despertar. Un mapa del proceso arquetípico que la mayoría de los buscadores experimentan.
Por tanto, el proceso de despertar de la conciencia puede enmarcarse como proceso dentro del Mito del Viaje del Héroe, un mapa del camino que nos puede ser muy útil para observar el proceso en su amplitud y para saber dónde nos encontramos y a qué retos debemos hacer frente para avanzar en nuestro camino de evolución personal.
La definición aportada por el psicólogo John Welwood sobre el proceso de despertar en su libro Psychology of Awakening me parece interesante:
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