La mayor parte de la gente que se enfrenta a una muerte inminente lamenta no haber vivido fiel a sus sentimientos.
Nota: este breve artículo me ha parecido muy acertado como estímulo para reflexionar sobre cómo vivimos, a qué le damos importancia y qué dejamos de hacer por miedo. Al final de los 5 puntos que publica el ABC.es añado mis comentarios, los cuales vienen anillo al dedo para el Viaje del Héroe: vivir la vida que queremos!
Muchas personas que han estado a punto de morir, ya sea por un accidente o por una grave enfermedad, suelen cambiar radicalmente su forma de vida una vez restablecidas. Aseguran que superar una situación cercana a la muerte equivale a nacer de nuevo y que no merece la pena vivir una vida que no les satisface.
Lejos de parecer un tópico, a la hora de hacer balance, una gran parte de la población mundial no está satisfecha con la vida que ha desarrollado. Según podemos leer en el blog de Javier Malonda, los motivos de esta insatisfacción, además, suelen ser casi siempre los mismos.
Esta bitácora recoge un artículo escrito por Bonnie Ware, una mujer que durante muchos años ha trabajado en una unidad de cuidados paliativos, atendiendo a enfermos terminales. Su trabajo, titulado “Regrets of the dying“, algo así como “Los lamentos de los moribundos”, recoge los cinco motivos más comunes de arrepentimiento de aquellos que están a punto de morir y que se ha encontrado a lo largo de su vida:
1.-«Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí»: Se trata del lamento más habitual de todo, ya que al hacer balance de su vida muchas personas descubren que no han llegado a cumplir una mínima parte de sus sueños. En muchas ocasiones, esto se debe a que optaron por hacer lo que creían que debían hacer, en lugar de lo que realmente querían.
2.-«Desearía no haber trabajado tan duro»: Es el lamento más frecuente entre los pacientes de sexo masculino, que desearían haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de en su puesto de trabajo.
3.-«Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos»: Aquellos que reprimieron sus sentimientos para no enfrentarse a quienes los rodeaban se lamentan de haberse conformado con vivir una existencia mediocre y amargada, en la que no eran ellos mismos.
4.-«Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos»: Al igual que muchas personas se arrepienten de haber descuidado a sus familias, es muy frecuente lamentar no haber cuidado lo suficiente de aquellas amistades verdaderamente importantes. Lamentablemente, cuando se está muy cerca de la muerte es imposible recuperar el tiempo perdido.
5.-«Desearía haberme permitido ser más feliz»: Se trata de un reproche sorprendentemente común que se hacen aquellas personas que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que ya no eran felices, en lugar de enfrentarse a su miedo a cambiar de vida.
Para quien está en su lecho de muerte, hacer balance sin pensar en lo que los demás puedan pensar de él, puede resultar un ejercicio muy frustrante. Para todos los que todavía están a tiempo de cambiar sus vidas, puede ser una buena forma de corregir lo necesario para, llegado el momento, morir satisfechos con su existencia.
Fuente: ABC.es
Reflexiones personales:
Desde adolescente siempre he mantenido un interés por el poder que tiene reflexionar sobre la muerte para darle sentido a la vida. En mi opinión, es desde la muerte que encontramos las motivaciones más profundas para vivir, porque nos despoja de superficialidades, de metas y objetivos sin trascendencia, de valores carentes de contenido. La muerte tiene un gran efecto transformador sobre nuestras conciencias y en definitiva sobre nuestras vidas, posiblemente por ello es un tema tabú. A la muerte es mejor no mencionarla porque al hacerlo es como si socialmente uno estuviese hablando de algo nada deseable, negativo, pesimista, lo opuesto a la alegría y vitalidad. Tal vez esa negación a la muerte sea la reacción del miedo al cambio que supone lidiar con ella, del rechazo a la transformación que esconde tras sus oscuras sombras. Sin embargo, es precisamente a través de la muerte que renacemos a nuevos yoes más completos y auténticos.
Cuando leía el primero de los cinco puntos, me ha venido directamente el Mito del Viaje del Héroe porque precisamente es este viaje el que nos lleva a vivir las vidas que queremos y no las que otros desearían para nosotros; vivir las vidas que otros quieren para sentirnos seguros, cómodos y aceptados. Pero por desgracia, cuando llega el día de la muerte, uno hace balance y es común ese sentimiento de «no me atreví…» a lo que fuese. Pero sobretodo, a haber aprovechado la vida según los propios principios.
Es a través del Viaje del Héroe que como condición de evolución uno tiene que morir para volver a renacer en vida, transformándose como resultado de la experiencia. Esa muerte viene precedida por una profunda crisis. Atreverse a vivir el Viaje del H éroe conscientemente es atreverse a vivir nuestra propia vida, a decir sí a lo que nos gusta y lo que queremos, es decir sí a nosotros mismos. Así que cuando llega el día de la muerte, si uno ha vivido ese viaje del héroe, no se encontrará con esos sentimientos de «desearía», «me hubiese gustado», «si me hubiese atrevido». Los otros 4 puntos son aspectos que parten todos del primero.
Así que animo a todos aquellos que quieren morir en paz, que cuestionen su vida para adentrarse, inevitablemente en días de crisis y de muerte, con el fin de renacer a vidas más auténticas y completas.
A los pioneros a los Héroes del viaje:
De Ken Wilber:
«Como todos los esfuerzos pioneros, estamos aquí para ponernos en ridículo a nosotros mismos. Unos tontos para la historia y el disfrute de generaciones futuras. Aprender es “intentar y errar”, y los pioneros son aquellos que más aprenden porque son los que más errores cometen, los errores más grandes y las equivocaciones mas atroces».